ADICCIÓN
Toda adicción tiene una historia,
la mía comenzó en el azar
de un salón vacío y un sofá
que me incendió la memoria.
Es el momento de bailar
¿quién puede no apostar
al caballo ganador,
en este juego de azar
en que se ha convertido la pasión?
La guerra con tus lunares es fatal,
mi esperanza se ha rendido.
Tengo la artillería en un diván,
no te dejo de pensar,
los muros han caído.
Guardé la psicología en el desván,
el desván de los desfavorecidos.
Que la terapia del dormido,
me deja sin descansar.
Y llegado el momento de bailar
¿quién quiere subir la apuesta?
Esta danza es perfecta.
Y llegado el momento de parar
¿quién puede coger las riendas?
Me juego mi libertad.
Y me la juego a una mano,
que con la otra te abrazo,
sin reglas ni directrices
¡que siga la función!
Yo solo te pido una cosa,
he aquí mi decisión:
besar nuestras cicatrices
y que siga mi adicción.
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